La Fundación Renal Española, en colaboración con el Grupo de Trabajo de Prurito, ha publicado un estudio en la revista Scientific Reports perteneciente al grupo Nature Portfolio y un artículo de blog en la web Springer Nature, Research Communities que pone de manifiesto la importancia de abordar el tratamiento del prurito de manera holística, teniendo en cuenta no solo los síntomas físicos, sino también los desafíos psicológicos que enfrentan los pacientes.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue el impacto del prurito en la salud sexual, asunto explorado por primera vez en esta investigación. El malestar físico y emocional causados por el prurito puede conducir a una disminución del deseo sexual y a dificultades con la función sexual que afectan a sus relaciones y salud mental.
El prurito asociado a la enfermedad renal crónica es una picazón persistente que afecta a muchos pacientes en tratamiento de hemodiálisis incidiendo negativamente a su calidad de vida. Cuando el picor es intenso, los pacientes se rascan constantemente, lo que provoca daños en la piel e infecciones. Además de afectar físicamente, el prurito impacta profundamente en el bienestar mental y emocional.
Este artículo recoge un estudio colaborativo con 434 pacientes en hemodiálisis, de los cuales, un 46,4% experimentaron picor asociado a la enfermedad renal crónica. Aquellos que tenían prurito veían afectado su bienestar físico y emocional en ámbitos que los que no tenían picazón no experimentaban:
Los pacientes con prurito reportaron un picor más intenso en momentos específicos del día, con diferencias significativas durante la noche, siendo más intenso en ese momento provocando trastornos del sueño. Para conciliar el sueño, muchos pacientes dependían de pastillas para dormir, que les provocaba somnolencia durante el día y fatiga crónica que repercutía en sus actividades diarias.
El ciclo persistente de picazón y rascado aumentaba también la posibilidad de estos pacientes de experimentar problemas psicológicos asociados a la ansiedad y depresión que les dificulta mantener sus trabajos, llevar a cabo actividades sociales y que hacen mella en su autoestima.
Los resultados de este artículo ponen de manifiesto la necesidad de que desde entornos clínicos y por parte de investigadores se amplíen los estudios acerca del impacto multifacético del prurito en los pacientes con enfermedad renal crónica para logar un tratamiento holístico que abarque tanto los síntomas físicos como los desafíos psicológicos. Además, es crucial que los profesionales médicos entablen conversaciones y pregunten a sus pacientes sobre sus experiencias con el prurito y cómo afecta este en su vida diaria.