El acceso vascular, la sarcopenia, la individualización de los tratamientos, la situación social de los enfermos renales y el diseño de un centro de diálisis centran las ponencias de los profesionales de los grupos de trabajo de los centros de la Fundación Renal en la XVII Reunión anual de la Sociedad Madrileña de Nefrología celebrada los días 17 y 18 de junio en el Parador de la Granja de San Ildefonso.

La Fundación Renal ha estado presente en esta jornada con ocho comunicaciones orales. Tres de las comunicaciones han estado relacionadas con el acceso vascular, y han sido  fruto de un estudio llevado a cabo en 637 pacientes prevalentes en hemodiálisis pertenecientes a 9 de los 18 centros  de la Fundación Renal de Madrid, Galicia y Castilla y León. El Dr. Ángel Méndez, nefrólogo del centro de diálisis Los Llanos II de Getafe ha respondido a la cuestión de si existen causas modificables que permitan alcanzar un objetivo adecuado de catéteres en pacientes prevalentes en hemodiálisis, esto es, menos del 20% de los accesos vasculares de una unidad. El Dr. Méndez ha concluido que es posible alcanzar este objetivo, siempre que, en primer lugar, se planifique adecuadamente el acceso vascular desde la ERCA, puesto que un 30% de pacientes portadores de catéteres  estaban pendientes de cirugía y un 10% eran portadores de FAV realizadas pero no utilizadas , y, en segundo lugar,  si se actúa específicamente en los pacientes que se niegan a realizarse una fístula (36%de los pacientes portadores de catéteres) mediante una pedagogía e información adaptada a la causa que motiva la negativa. 

Por su parte el Dr. Ramiro Cazar, nefrólogo del centro de diálisis Santa Engracia de Madrid ha presentado el análisis de las causas que motivan estas negativas a la realización de fístulas, máxime  cuando éstas se asocian con tasas más bajas de morbimortalidad, mejores resultados clínicos, mejor calidad de vida y mayor supervivencia de los pacientes. El Dr. Cazar ha puesto de manifiesto  que las causas mas importantes que motivan la negativa a las fístulas son  el miedo ( 63%)  y la preferencia a seguir dializándose mediante un catéter (37%). De especial relevancia es el hecho de que el 94% de los pacientes que preferían catéter no habían tenido fístulas previas y habían iniciado hemodiálisis mediante este acceso, por lo que evitar que lleguen a diálisis con catéter debe ser una de nuestras prioridades. Por otra parte,  la mitad de los pacientes con miedo a realizarse fístulas habían tenido malas experiencias previas. Esto implica la necesidad de una aproximación más centrada en las causas que motivan la negativa del paciente a las fístulas : dar más y mejor información adaptada a cada individuo y sus creencias y preferencias  y evitar en lo posible las experiencias traumáticas con el acceso vascular con cirujanos y profesionales de enfermería expertos en la realización y punción de la fístula arteriovenosa.

La tercera comunicación sobre accesos vasculares la ha presentado la Dra. Lola Arenas, directora asistencial de la Fundación Renal quien ha hablado a cerca de las diferencias de género en el tipo de acceso vascular. En este sentido la Dra. Arenas ha explicado que , tradicionalmente, las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de iniciar hemodiálisis con catéter o con un acceso vascular no funcionante. La variable geográfica existente en las diferencias en el acceso vascular entre hombres y mujeres sugiere que no se trata solo de diferencias biológicas y, por tanto, inevitables (sesgo de sexo)  sino que apuntan también a una posible desigualdad en la atención (sesgo de género) que sería evitable. Lola Arenas ha analizado si existen diferencias por sexo y edad en cuanto al tipo de acceso vascular en pacientes prevalentes e incidentes en nuestro medio y la conclusión ha confirmado que, también en nuestro medio, las mujeres tienen más riesgo que los hombres de iniciar hemodiálisis con catéter  (sobre todo en el grupo de menores de 65 años) y menos probabilidad de dializarse mediante fístula arteriovenosa radiocefálica y más de dializarse con fístula arteriovenosa de codo o prótesis. La edad también influye en el tipo de acceso vascular en prevalentes, los mayores de 65 años más frecuentemente se dializan por un catéter venoso central.

La Dra. Arenas ha presentado también una segunda comunicación oral en la que se muestran los resultados de una encuesta realizada por la Fundación Renal en colaboración con ALCER a 331 personas (65% pacientes y 35% profesionales) en la que se recogían las opiniones y preferencias en relación al diseño de la unidad de diálisis y a las potenciales actividades que creen que se deben llevar a cabo durante la sesión. El resultado ha sido que los pacientes prefieren salas más pequeñas, en grupos de 10-12 pacientes, frente a las salas diáfanas, elegidas mayoritariamente por los profesionales.  Los pacientes priorizan un espacio adecuado para poder charlar con los compañeros y tener mayor intimidad, mientras los profesionales priorizan el poder realizar actividades de grupo y tener buena visibilidad desde el control. La conclusión es que dado que profesionales y pacientes podemos tener diferentes expectativas y necesidades en relación al diseño de una unidad de diálisis, es importante tener en cuenta también la perspectiva de los pacientes y que ésta debe ser incluida dentro del diseño de una unidad de diálisis y de las actividades a desarrollar en ella.

La supervisora de los centros de diálisis de Salamanca, Las Encinas de Ciudad Rodrigo y el Castañar de Béjar, Mari Luz Sánchez, ha presentado sendas comunicaciones sobre sarcopenia. La primera de ellas sobre la respuesta al ejercicio intradiálisis en el estado de sarcopenia en pacientes de edad avanzada, en la que se valoran los efectos de un programa de ejercicio físico en una población de edad avanzada (75-95 años) en hemodiálisis en cuanto al estado de sarcopenia. La segunda comunicación de Mari Luz Sánchez fue sobre el nuevo diagnóstico de sarcopenia y mortalidad en pacientes ancianos en hemodiálisis, cuyo  objetivo fue determinar la asociación de sarcopenia en pacientes ancianos en hemodiálisis, según criterios diagnósticos EWGSOP2 (pérdida de fuerza, masa muscular y función física) con mortalidad a 24 meses.

Paula Manso, subdirectora de enfermería de la Fundación presentó un trabajo acerca de la necesidad de la individualización de las pautas de nuestros pacientes, especialmente en los pacientes ancianos para paliar el deterioro.

Por último la Dra. Fabiola Dapena, directora médica de la Fundación Renal presentó una comunicación sobre el impacto de la pandemia por Covid19 en las necesidades sociales de los pacientes en diálisis. En esta línea la Dra. Dapena destacó que la enfermedad renal afecta de manera directa a la situación socioeconómica de las personas en tratamiento de hemodiálisis muchas de las cuales no pueden cubrir sus necesidades básicas. Por ello la Fundación Renal dispone de un fondo social de ayuda a pacientes con escasos recursos. Durante la pandemia estas necesidades no cubiertas se han incrementado considerablemente y el Fondo Social ha presentado mayor relevancia en el periodo pandémico, especialmente en necesidades básicas de comida y vivienda.