La hemodiálisis es un tratamiento que, como cualquier actividad asistencial, tiene un gran impacto en el medio ambiente. Se consumen recursos, principalmente agua y energía, y se producen una gran cantidad de residuos. Por ello, con motivo de la Semana Europea de la Prevención de Residuos (EWWR) la Fundación Renal quiere compartir cuáles son los pequeños gestos que se están poniendo en marcha y que se encaminan a que nuestra actuación sea más sostenible.

Estas actuaciones se enmarcan dentro de las recomendaciones que nuestro Grupo de Trabajo Científico recoge tras una revisión que ha llevado a cabo, publicada en la revista Nefrología, que tenía como objetivo de analizar la huella medioambiental que genera la diálisis, repensar los procesos, y plantear estrategias de gestión con el fin de aportar herramientas aplicables a cualquier unidad para reducir el impacto negativo de esta actividad.

Indicadores clave:  consumo de agua, energía y huella de carbono

Los indicadores clave para medir el impacto de la hemodiálisis son el consumo de agua, energía y la generación de residuos. Un ciclo de diálisis equivale al consumo diario de agua de tres o cuatro personas, y el consumo medio anual de electricidad de un centro es similar de entre dos y tres hogares. Por ello, es importante conocer el impacto que tiene nuestra actividad asistencial y, para lograrlo, nos ayudamos de una serie de indicadores. El más recomendado, por su simplicidad, claridad e interpretabilidad es la relación de los consumos de agua, luz y generación de residuos con el número de sesiones de diálisis realizadas.

Además, hay que tener en cuenta también la medición de la huella de carbono que indica las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero generadas por un individuo, organización, producto o servicio. En nuestro caso, los factores que más inciden son la producción de los materiales utilizados como fármacos, soluciones, fungibles y el transporte de pacientes, personal sanitario y material.

Plantas de agua con tecnología eficiente para regular el consumo de agua de diálisis

Teniendo en cuenta la gran cantidad de recursos hídricos que consume la técnica de hemodiálisis, la eficiencia de la planta de tratamiento de agua es fundamental. Esta depende de la tecnología empleada, el diseño de la instalación de tratamiento y pretratamiento, así como del agua de aporte y de factores como la conductividad, salinidad, dureza, elementos en suspensión y estacionalidad.

Para optimizar el consumo de agua de diálisis la Fundación Renal ha puesto en marcha una serie de estrategias, como racionalizar el flujo de baño de diálisis, optimizar el número de descalcificadores necesarios e instalar plantas de agua con la tecnología más eficiente que generan la cantidad de agua adaptada al número de pacientes de la unidad de diálisis.

Energía limpia en nuestros centros

El gasto energético de un centro de diálisis también es un factor susceptible de reducción. Además del consumo de los monitores, existen otras variables que influyen en este indicador, como el consumo energético de la climatización, iluminación y otros equipos (ordenadores, neveras de almacenaje, plantas de agua u ósmosis, desinfección térmica automatización de concentrados centralizados y televisiones de pacientes, etc.), y el transporte.

Con el fin de ser más eficientes en este sentido, la Fundación Renal ha instalado focos de bajo consumo tipo LED y sensores volumétricos (detección de movimiento). También, se ha establecido un uso racional del sistema de climatización, con una temperatura de 21 °C invierno y 26 °C en verano; se han colocado paneles fotovoltaicos para generar energía “verde”; y se ha mejorado el aislamiento de las instalaciones.

Segregación de residuos adecuada y reducción del consumo de plásticos

La producción y segregación de los residuos es un proceso que tiene implicaciones medioambientales ya que suponen un gasto de energía y coordinación logística. Los materiales utilizados en hemodiálisis incluyen predominantemente plásticos, polímeros y otros compuestos sintéticos, lo que refleja los estrictos requisitos de biocompatibilidad, durabilidad y esterilidad.

Para dar a conocer a todos los profesionales la correcta segregación de los residuos producidos en el proceso de hemodiálisis, la Fundación Renal ha diseñado un cartel, adecuado a la normativa de cada Comunidad Autónoma, que permite a los trabajadores clasificar los deshechos producidos en la hemodiálisis de manera eficaz:

Asimismo, también se ha diseñado un carro de enfermería que ayuda a los profesionales a segregar rápida y fácilmente los residuos plásticos, biosanitarios y punzantes. A la hora de reducir el uso y producción de residuos plásticos, se ha dado prioridad al uso de grandes cubas de ácido centralizado (ácido de diálisis) frente al empleo de garrafas.

Lograr una hemodiálisis más sostenible es un proceso que requiere de la colaboración de cada centro. Es importante que tomen conciencia y analicen sus indicadores para conocer su impacto en el medio ambiente. De este modo, las estrategias se plantearán de manera individualizada y se logrará una gestión más eficiente y más “verde” y se conseguirán actuaciones que lleven a los centros a un modelo ambientalmente más respetuoso.

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