Mejorar la calidad de vida de los pacientes renales crónicos es el objetivo que impulsan desde el Proyecto Calm cuatro farmacias vascas; entre ellas, una alavesa. Sin ir más lejos, Leticia Santamaría es la titular de esta última, ubicada en la calle Chile de Vitoria. Ella, junto con la parte vizcaína, compuesta por las farmacéuticas Amaya Blanco, Cristina Arandia y Miren Zamakoa, ha sido la propulsora una iniciativa centrada en el cuidado de la piel de las personas que padecen esta insuficiencia renal.

Un trabajo conjunto que hace pocos días, en el encuentro de Infarma, se alzó con un prestigioso reconocimiento; el Premio Cinfa a la Innovación y a la Sostenibilidad en la Farmacia. Lo cierto es que Cinfa lleva reconociendo quince años ideas que, desde la farmacia, ofrecen un mejor servicio a los pacientes y construyen una sociedad más sostenible.

En este sentido, el proyecto incide en tratar de paliar los picores y la sequedad que este colectivo presenta en la piel; pues son dos “efectos secundarios” que emergen a causa de la propia enfermedad y de los tratamientos que se les aplica, como la diálisis. “Muchas veces no lo relacionan con su enfermedad, pero que sí que es consecuencia de todo ese proceso patológico que tienen ellos”, señala Santamaría en conversación con este periódico.

Noticias de Álava: Calmar los “efectos secundarios” que la diálisis produce en la piel