Cuando la enfermedad renal crónica no viene sola

Corazón, riñones y órganos implicados en el metabolismo están interconectados, lo que complica la atención de los pacientes

La enfermedad renal crónica (ERC) es un importante problema de salud pública a nivel mundial. Esta afección progresiva que compromete la capacidad de los riñones para filtrar la sangre de manera efectiva afecta a aproximadamente 850 millones de personas en el mundo.

En España, la prevalencia de ERC es del 15,1%, lo que supone que uno de cada siete adultos sufre enfermedad renal crónica. Pese a los riesgos asociados a la ERC, es una patología infradiagnosticada.

Además, la enfermedad renal crónica también está muy relacionada con la insuficiencia cardíaca, un síndrome clínico que se produce cuando el corazón no tiene la capacidad suficiente para bombear la sangre de la manera que debería y, por lo tanto, no logra hacer llegar suficiente oxígeno y los nutrientes necesarios al resto de los órganos.

De hecho, la mortalidad cardiovascular representa entre el 40 y el 50% de todas las muertes por enfermedad renal crónica avanzada. Eso se debe a que el corazón, los riñones y los órganos implicados en el metabolismo están interconectados.

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La Razón: La enfermedad renal crónica no viene sola