La enfermedad renal crónica (ERC) representa ya una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo occidental. Con una prevalencia estimada en torno al 10-12% de la población, el Dr. Joaquín Manrique, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Navarra, insiste en la necesidad de cambiar el enfoque clínico: de una visión fragmentada a una integral, donde se aborden simultáneamente los factores renales, cardiovasculares y metabólicos. En esta entrevista concedida a iSanidad, repasa los últimos avances farmacológicos, entre los que destaca la inclusión sistemática de pacientes renales en ensayos clínicos, una transformación clave respecto a épocas pasadas, y la irrupción de nuevos conceptos como el síndrome cardio-reno-metabólico.

«Antes se excluía a los enfermos renales de cualquier ensayo clínico; ahora se les incluye e incluso se diseñan estudios solo para ellos»

¿Cómo ha evolucionado la prevalencia de la enfermedad renal crónica en los últimos años y cuáles son las proyecciones futuras?
La definición de enfermedad renal crónica (ERC) se basa en dos parámetros aceptados internacionalmente: por un lado, la determinación del filtrado glomerular mediante analítica de sangre, y por otro, la presencia de daño renal mediante análisis de orina. La combinación de ambos permite clasificar a los pacientes según si presentan una función renal conservada o bien distintos grados de insuficiencia renal.

Esto es relevante porque sabemos que, a medida que la ERC progresa, se asocia a un incremento de la mortalidad global, especialmente cardiovascular, así como a una progresión más rápida de la propia enfermedad. Los pacientes en estadios avanzados presentan una tasa mucho mayor de complicaciones frente a quienes se encuentran en fases iniciales.

En cuanto a la prevalencia, en España es similar a la de Europa y el mundo occidental, situándose en torno al 10-12% de la población. Esto no implica que todos los pacientes vayan a llegar a enfermedad renal terminal, pero sí es fundamental identificar a estos individuos para intensificar el control de factores de riesgo y seguimiento analítico. Dentro de ese 10-12%, aproximadamente un 80% de los pacientes se encuentran en estadios intermedios (3A y 3B).

¿Cómo se están abordando las comorbilidades entre enfermedades renales y cardiovasculares desde un enfoque terapéutico? ¿Qué avances se han logrado gracias a nuevas opciones farmacológicas?
La principal diferencia entre el abordaje terapéutico actual y el del pasado radica en que, anteriormente, los pacientes con enfermedad renal eran sistemáticamente excluidos de los ensayos clínicos, estudios de intervención o de prevalencia cardiovascular. Hoy la situación ha cambiado por completo: no solo se incluyen pacientes renales en todos los estadios, sino que se desarrollan ensayos dirigidos exclusivamente a esta población.

iSanidad: Los pacientes renales incluidos en ensayos clínicos