Dra. María José Soler: “Apostamos por la detección precoz de enfermedad renal crónica, el test vale menos que un café”
La jefa de sección de Nefrología Clínica y Diálisis del Hospital Universitario del Vall d’Hebron analiza las causas por la que esta enfermedad silente no ha parado de crecer en la población y explica los cambios necesarios para detectarla a tiempo y poder tratarla con el nuevo arsenal terapéutico disponible
No se cansan de decirlo siempre que tienen oportunidad: la enfermedad renal crónica es una pandemia que no hace ruido. Se está multiplicando en los últimos años su prevalencia. Un reciente análisis de The Lancet Global Health indicaba que, en solo en tres décadas, los casos de pacientes con esta enfermedad en estado avanzado con necesidad de terapia sustitutiva se habían multiplicado por cuatro en España. La ausencia de síntomas en los pacientes, el envejecimiento de la población y el desierto terapéutico para frenar la patología que pasó la especialidad, son algunos de los factores que han llevado a esta situación.
Pero los números pueden cambiar y que no se cumplan las previsiones que hablan de la enfermedad renal crónica como segunda causa de muerte en el futuro. En su última Asamblea General, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio un paso que los nefrólogos consideran de gigante, con una resolución que situaba esta enfermedad como un problema de salud pública sobre el que actuar ya.
