El 55.º Congreso de la Sociedad Española de Nefrología ha subrayado la necesidad de reducir la huella ecológica de la especialidad. Los expertos coinciden en promover prácticas más sostenibles, desde la eficiencia energética y el reciclaje hasta la elección de tratamientos como la diálisis peritoneal o el trasplante renal.

La nefrología es una de las especialidades médicas con mayor huella medioambiental. Según los expertos reunidos en el 55.º Congreso de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), una de las prácticas que más contribuye a este impacto es la hemodiálisis, un tratamiento que requiere alrededor de 37.440 litros de agua por paciente«Todos somos responsables de hacer algo para cambiar esta estrategia. Hay que poner el foco en mejorar la sostenibilidad de estos tratamientos sin comprometer la calidad de la atención», recuerda José Emilio Sánchez, presidente de la S.E.N.

La emisión de gases de efecto invernadero no es un fenómeno nuevo, ya que forma parte de la supervivencia de millones de seres vivos. No obstante, su concentración ha aumentado de forma exponencial con el desarrollo económico e industrial desde la segunda mitad del siglo XX, lo que ha propiciado «la aparición de lluvias extremas, sequías y una mayor vulnerabilidad de los ecosistemas», apunta Sánchez. El presidente también destaca la relación bidireccional que existe entre la nefrología y el cambio climático, ya que el aumento de las temperaturas y las alteraciones fluviales están vinculadas a un incremento de los cálculos renales, del daño renal y de las enfermedades crónicas. Por todo ello, «nos hemos propuesto desde los servicios de nefrología analizar la contribución de nuestra especialidad en España al cambio climático», asegura.

IMMEDICO: La nefrología redefine su compromiso con el medioambiente