El miedo, las malas experiencias o simplemente la falta de comprensión del proceso hacen que muchos pacientes renales crónicos rechacen la fístula arteriovenosa. Frente a este obstáculo, las expertas proponen una solución que va más allá de la técnica: educar en salud, comunicar mejor y devolver al paciente la confianza para decidir.
El 40 % de los pacientes prevalentes en hemodiálisis (HD) son portadores de catéteres venosos centrales (CVC). No obstante, la Guía Clínica Española del Acceso Vascular para Hemodiálisis establece que esta cifra debe ser menor del 10 % al inicio y del 20 % en prevalentes. Estas altas cifras evidencian un problema en las Unidades ERCA que no parten de barreras clínicas, sino que como reconoce Lola Arenas,de la Fundación renal española, tienen la base en la falta de alfabetización en salud de los pacientes, definida por la OMS como «la capacidad de las personas para: acceder, comprender, evaluar y utilizar información relacionada con la salud para tomar decisiones que mejoren su calidad de vida».
Los datos extraídos del estudio `¿Es posible alcanzar el objetivo de catéteres propuesto por las guías? Razones que determinan el uso del catéter en pacientes prevalentes en hemodiálisis’ indican que el 36 % de los pacientes se niegan a realizarse una fístula debido al miedo a la cirugía (65 %), entre estos una mitad habían tenido malas experiencias previas y la otra nunca se habían sometido a cirugías, y el 35 % restante corresponde a preferencias estéticas. La especialista recalca que, aunque desde la consulta se ofrece la información, ésta muchas veces no llega al paciente y, por lo tanto, «cuando la información falta, las decisiones se distorsionan». Por ello, enfatiza que «la información desde la consulta debe ir acompañada de una alfabetización en salud. Ya no se trata de leer un folleto, sino de entender, cuestionar y poder actuar. El conocimiento genera autonomía, y esta genera confianza para decidir junto al equipo médico».
