Cada año, el Día Mundial del Riñón nos recuerda la importancia de visibilizar una enfermedad que, a pesar de su impacto devastador en la salud pública, sigue siendo una gran desconocida. La enfermedad renal crónica (ERC) avanza en silencio, sin síntomas evidentes hasta que alcanza estadios avanzados, momento en el que las opciones de tratamiento se reducen a la diálisis o el trasplante renal. Aunque su incidencia va en aumento y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la sitúa entre las diez principales causas de muerte a nivel global, sigue sin recibir la atención que merece. Hoy, un 15% de la población mundial padece algún grado de enfermedad renal, y si no actuamos, en 2040 se convertirá en la quinta causa de muerte.
Por Lola Arenas, directora Asistencial de la Fundación Renal Española.
