La albúmina, una proteína producida por el hígado que normalmente se encuentra en la sangre, se cuela a veces en la orina. Mala señal. Es el chivato de que los riñones no están haciendo bien su trabajo. Detectarlo es sencillo, se puede por menos de un euro por paciente, y los nefrólogos piden incluir un cribado para desenmascarar la enfermedad renal crónica, que lleva años creciendo y que puede frenarse si se actúa a tiempo.

La prueba no es nueva, y ya se usa para detectar la dolencia cuando hay otras sospechas, pero dos nefrólogos que trabajan en Burgos han probado cómo sería su aplicación generalizada en un estudio que presentaron este mes en el Congreso de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), al que EL PAÍS acudió invitado por la organización.

Participaron 10.000 pacientes que fueron a sus centros de salud y que necesitaban análisis de algún tipo (no necesariamente por sospechas de enfermedad renal). A todos se les incluyó la prueba de la albúmina.

El análisis de orina permitió detectar precozmente enfermedad renal oculta en aproximadamente el 10% de los pacientes con función aparentemente normal (con lo que se denomina filtrado glomerular correcto). Es decir, sus riñones estaban deteriorándose y no daban ninguna señal, y habrían seguido haciéndolo de no ser por esta prueba.