Una nueva entidad clínica integra obesidad-diabetes, enfermedad renal y cardiovascular como un único proceso fisiopatológico progresivo. La detección precoz y el enfoque integral son clave para frenar su avance. Casi nueve de cada 10 adultos formarían parte de quienes podrían tener un síndrome sistémico que anticipa la enfermedad cardiovascular, renal y metabólica. Así lo revela el nuevo marco clínico CKM (cardiovascular-kidney-metabolic) propuesto por la American Heart Association (AHA), que redefine el riesgo crónico como un proceso progresivo, estratificado y tratable. Esto implica que si no se reconoce y aborda en fases tempranas, los esfuerzos preventivos podrían llegar demasiado tarde. La pregunta es: ¿estamos preparados para detectarlo a tiempo si ya afecta a una mayoría?