Adrià Montoro es un joven de 30 años vecino de Olesa de Montserrat (Barcelona) que ha donado uno de sus riñones a un completo desconocido, algo que, según él, le ha supuesto cumplir con su filosofía de vida, basada en el amor y la ayuda al prójimo.
«Tuve un caso en mi familia de una persona que necesitaba un trasplante y lo recibió, y vi como este gesto le cambia la vida a una persona con enfermedad renal crónica», ha explicado a EFE Montoro, que ha añadido que sus valores cristianos y su voluntad de «expandir el amor en actos concretos y tangibles para las personas» contribuyeron también a que hiciera la donación.
Él se interesó en el tema a raíz de un correo electrónico recibido del Banco de Sangre y Tejidos en el que se mencionaba que, a parte de sangre, se podía donar médula y «otros tejidos», algo que le llamó la atención y de lo que buscó información.