Unos 20.000 pacientes con insuficiencia renal, que requieren diálisis en Ecuador, viven desde hace año y medio una angustiosa incertidumbre. Esto debido a las millonarias deudas que acumula el Gobierno con las clínicas privadas donde reciben el tratamiento, cuyo servicio necesitan para seguir viviendo. Los impagos llegaron a acumularse por más de un año, según asegura a EFE el propietario de uno de estos centros privados que atiende hasta cuatro turnos diarios, desde las 5:00 hasta la 1:00 hora local del día siguiente (12:00 a 6:00 GMT del día siguiente). Cada paciente debe pasar al menos tres veces por semana, en sesiones de cuatro horas.